Omega-3 y embarazo

OMEGA 3 Y EMBARAZO

ÁCIDOS GRASOS OMEGA-3 DURANTE EL EMBARAZO

  • Los ácidos grasos Omega-3 son ácidos grasos esenciales, por lo que son importantes durante todas las etapas de la vida, especialmente durante el embarazo y la lactancia (2,3)
  • El ácido graso Omega-3 DHA contribuye al desarrollo normal de los ojos y el cerebro del feto y lactante.*
  • El índice HS-Omega-3 se considera un marcador fiable de la ingesta de Omega-3 (idealmente, el índice debería estar entre el 8-11%)
  • La dosis óptima durante el embarazo y la lactancia debe determinarse mediante un análisis de ácidos grasos. Como norma, para estar dentro de este objetivo (8-11%), se necesitan unos 2.000 mg de Omega-3 al día; así lo demuestran estudios científicos y más de 30.000 análisis de ácidos grasos realizados por el laboratorio independiente Omegametrix.

* Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) a partir de 250 mg de DHA por dosis diaria.

Los ácidos grasos Omega-3 EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) son ácidos grasos esenciales de cadena larga que intervienen en numerosos procesos de nuestro organismo. Se ha demostrado que promueven el mantenimiento de la salud normal de los ojos y el cerebro, así como la función cardíaca (lea más sobre el efecto de los ácidos grasos Omega-3 en nuestra salud aquí).

La ingesta adecuada de Omega-3 es fundamental, especialmente durante el embarazo. Para un desarrollo óptimo, el feto en crecimiento necesita un alto aporte de nutrientes; esto depende en gran medida de la salud y nutrición de la madre. Al mismo tiempo, durante el embarazo se produce un aumento paulatino de calorías, por lo que es especialmente importante elegir alimentos con una alta densidad nutricional.

Los ácidos grasos Omega-3, en especial el DHA, es un elemento fundamental durante el embarazo, ya que, entre otras funciones, participa en:

  • el crecimiento y desarrollo del cerebro
  • el desarrollo y función de la visión

Los estudios también indican que un buen aporte de Omega-3 durante el embarazo y la lactancia puede estar asociado a un menor riesgo de parto prematuro y enfermedades atópicas como asma, alergias y neurodermatitis.

De ahí la importancia de que la madre tenga un índice HS-Omega-3 suficientemente alto.

OMEGA 3 Y EMBARAZO

Ácidos grasos Omega-3: los componentes básicos de nuestro cerebro

Las grasas son el componente principal de nuestro cerebro y sirven como materia prima para la producción de una variedad de sustancias mensajeras similares a las hormonas. Un feto necesita alrededor de 75 mg de grasa todos los días para desarrollar su cerebro. En el último trimestre, la necesidad aumenta incluso a 400 mg de grasa al día.

Especialmente el ácido graso Omega-3, DHA, desempeña un papel importante: el cerebro adulto se compone de entre un 10 y un 15 % de DHA [1]. Por tanto, un suministro adecuado de DHA a la madre es esencial para el desarrollo cerebral del feto. La Sociedad Alemana de Nutrición (DGE) y otras sociedades especializadas recomiendan una ingesta adicional de DHA durante el embarazo [2,3].

Cuando queremos conocer cuál es la dosis óptima, lo ideal seria preguntarse en qué situación actual nos encontramos, es decir cómo están nuestros niveles de Omega-3, porque la dosis diaria de Omega-3 para el cuidado optimo de la madre y el niño depende de los niveles individuales .

¿Cómo se mide esta situación actual?

El llamado índice HS-Omega-3 se considera un indicador fiable del suministro de Omega-3, ya que indica la proporción de los ácidos grasos esenciales Omega-3 EPA y DHA presentes en los glóbulos rojos. Este índice idealmente debería estar en un valor entre 8 a 11% y se puede determinar mediante un análisis de ácidos grasos.

Actualmente, un estudio demuestra que las mujeres embarazadas suelen tener un suministro insuficiente de Omega-3. En Alemania, el índice de Omega-3 de mujeres embarazadas es de 6,4 de media, lo que es claramente inferior al valor recomendado [4]. Es interesante resaltar que el rango objetivo no es sólo un valor que se muestra en estudio y estadísticas. La naturaleza también lo confirma una y otra vez: independientemente del índice de Omega-3 de la madre, una proporción de alrededor del 9% de Omega-3 se transporta al embrión a través de la placenta (5).

Como pauta aproximada, los estudios muestran que generalmente es necesaria una dosis de alrededor de 2000 mg de ácidos grasos Omega-3 (EPA y DHA) por día para compensar cualquier deficiencia y mantener un estado adecuado y óptimo.

¿Es suficiente consumir pescado como fuente de Omega-3 durante el embarazo?

Para obtener la cantidad recomendada de 2.000 mg de Omega-3 al día, habría que comer hasta 250 g de pescado al día, dependiendo del tipo de pescado. Esto ya no se recomienda hoy en día debido a los altos niveles de metales pesados ​​y contaminación de nuestros océanos. Altas dosis de Omega-3 en aceites de pescado o de algas ofrecen una alternativa segura para cubrir de forma óptima tus requerimientos incluso durante el embarazo.

Un nivel adecuado de ácidos grasos Omega 3 EPA y DHA también es esencial durante la lactancia, ya que el nivel de suministro del niño depende del de la madre.

En este contexto, un interesante estudio de 2016 de la Universidad de Hannover encontró que las mujeres que amamantan tienen en promedio un índice de Omega-3 más bajo que las mujeres embarazadas. Esto se debe a que el bebé tiene prioridad y el suministro de Omega-3 de la madre disminuye si no recibe suficiente EPA y DHA.

OMEGA 3 Y LACTANCIA

Además, se ha demostrado que un suministro suficiente de Omega-3 de la madre no sólo es necesario para mantener sus propios niveles durante el periodo de lactancia, sino también para seguir incrementando el suministro del niño después del nacimiento:

→ Si la madre tenía un índice de Omega-3 del 6% al momento del de dar a luz, el bebé también tenía un 6% al nacer. Durante el período de lactancia, el estado del bebé siguió siendo el mismo, pero a expensas de la madre, cuyos niveles disminuyeron.

→ Si la madre tenía un índice de Omega-3 del 8% al momento de dar a luz, es decir, un índice en el rango objetivo recomendado, el bebé tenía un 7% al nacer. Durante el período de lactancia, la situación del lactante aumentó hasta el 8%, mientras que la situación de la madre se mantuvo sin cambios (6).


CONCLUSIÓN


REFERENCIAS

(1)  Umhau JC, Zhou W, Carson RE et al. (2009) Imaging incorporation of circulating docosahexaenoic acid into the human brain using positron emission tomography. J Lipid Res 50: 1259–1268

(2)  https://www.dge.de/ernaehrungspraxis/bevoelkerungsgruppen/schwangere-stillende/handlungsempfehlungen-zur-ernaehrung-in-der-schwangerschaft/

(3) Koletzko B, Cremer M, Flohkötter M et al (2018) Ernährung und Lebensstil vor und während der Schwangerschaft—Handlungsempfehlungen des bundesweiten Netzwerks Gesund ins Leben. Geburtshilfe Frauenheilkd 78:1262–1282

(4) Kuipers, R. S., Luxwolda, M. F., Sango, et al. (2011). Maternal DHA equilibrium during pregnancy and lactation is reached at an erythrocyte DHA content of 8 g/100 g fatty acids. The Journal of nutrition, 141(3), 418–427.

(5) Review v. Schacky: von Schacky C. (2020). Omega-3 Fatty Acids in Pregnancy-The Case for a Target Omega-3 Index. Nutrients, 12(4), 898. 

(6) S Gellert, J P Schuchardt, A Hahn (2016) Higher omega-3 index and DHA status in pregnant women compared to lactating women – Results from a German nation-wide cross-sectional study